Bangkok (EFE). La conferencia de Naciones Unidas sobre el cambio climáticoconcluye hoy en Bangkok sin garantías de que este año haya acuerdo para prolongar el período de vigencia del Protocolo de Kioto, que expira en el 2012.
Japón, país en el que se forjó el primer pacto global para combatir el calentamiento de la atmósfera a causa de la emisión de gases, y también Nueva Zelanda, han comunicado formalmente que no suscribirán un período de ampliación del Protocolo de Kioto.
Esa misma posición podrían adoptar Canadá, Rusia y Australia, país con un gobierno laborista similar al que en el 2007 ratificó el Protocolo de Kioto, inmediatamente después de acceder al poder y de haber criticado al anterior ejecutivo conservador por seguir el ejemplo de Estados Unidos y negarse a firmar el acuerdo.
Japón y los países que estudian desligarse de Kioto cuando expire prefieren establecer una agenda propia de compromisos de recorte de emisiones no sujeta a un pacto internacional.
CRITICAN ACTITUD JAPONESA
"Francamente, la negativa de Japón y otros países a suscribir un segundo período de vigencia del Protocolo no representa una ayuda", dijo Dessima Williams, embajadora de Granada y representante de la Alianza de Pequeños Estados Insulares, de la que forman parte 43 islas y territorios ribereños del Caribe, Pacífico Meridional y Asia.
De forma similar se pronunció la delegación de la Unión Europea (UE), que mantiene su postura previa de considerar la opción de prolongar el perÍodo de vigencia del Protocolo de Kioto, adoptado en diciembre de 1997 inicialmente por 35 países más el bloque europeo de la época.
"Sin ellos será imposible conseguir los objetivos", indicó en rueda de prensa Artur Runge-Metzger, jefe de la Comisión de Estrategia Internacional de la UE, en alusión a los países que contemplan apartarse del Protocolo de Kioto.
La UE se ha comprometido a recortar sus emisiones un 20% en el 2020 y, si consigue el apoyo de otros países, subir al 30%.
La secretaria de la Convención Marco de la ONU sobre Cambio Climático, Christiana Figueres, apuntó que ningún gobierno ha expresado hasta la fecha su oposición al Protocolo y precisó que "lo que dicen es que no van a participar".
GRANDES DIFERENCIAS ENTRE PAÍSES
Las conversaciones mantenidas esta semana en la capital tailandesa por las delegaciones de cerca de dos centenares de países han expuesto una vez más las profundas diferencias que hay entre las naciones en vías de desarrollo y las industrializadas sobre recortes de emisiones.
Antes de la cumbre sobre cambio climático que se celebrará en la ciudad sudafricana de Durban a finales de año, los países mantendrán varias reuniones, incluida una en Alemania en junio, y otras a nivel ministerial organizadas por los gobiernos de México y Sudáfrica (la presidencia saliente y la actual respectivamente) dijo Figueres en una conferencia de prensa.
"Ninguno de nosotros quiere que Sudáfrica se convierta en el cementerio del Protocolo de Kioto", señaló la delegada y portavoz de la Alianza de Pequeños Estados Insulares.
FALTA DE VOLUNTAD
La secretaria de la Convención admitió que durante los seis días de conversaciones en Bangkok no se habían producido avances con relación a los acuerdos alcanzados el año pasado en la cumbre de Cancún (México).
La reunión de Tailandia se vio estancada a raíz de la disputa surgida sobre el contenido de la agenda de trabajo presentada por el G77, grupo integrado por 131 países, para guiar las negociaciones hasta finales de año.
"Nos llena de mucha preocupación lo que hemos podido observar en esta reunión, ya que esperábamos una voluntad más fidedigna de los países desarrollados después de los resultados que conseguimos en Cancún", dijo Daniel Ortega, jefe de la delegación de Ecuador.
Figueres indicó que la reunión se prolongaría algunas horas durante la noche para intentar cerrar la agenda de trabajo, que, según indicaron varios delegados, "será muy general".
Finalmente, la agenda que establece las áreas de trabajo hasta la cumbre de Durban fue aprobada en una sesión plenaria extraordinaria, a la que faltaron decenas de delegados que antes abandonaron la sede de la conferencia, muchos para emprender regresos a sus respectivos países.
"Estamos contentos de que hayamos dado con el equilibrio correcto, estamos decepcionados de que se haya tardado tanto tiempo alcanzar ese acuerdo", sobre la agenda, señaló Jozsef Feiler, representante de la UE y delegado de Hungría.